QUE NO HAY ESPAÑA
¿Tendremos
que seguir por siempre debatiéndonos con los fantasmas de la Historia?
Hace ya mucho que ha dejado de haber España, si la hubo alguna vez; que
eso... por historia lo sabemos. España era... Fantasía del Poder, idea
del Señor, "una unidad de destino en lo universal” que decía el otro, es
decir una fabricación astracta y desde arriba, usando el Nombre Propio
'España' para imponer a tierras y gentes una fe, una definición de sí
mismas: "Desde aquí, España; hasta aquí, España: al otro lado de la
raya, Francia, o Portugal, da igual: en todo caso, no-España; frontera
lineal, definitiva, que tú, número de tropa, verterás tu sangre por
mantener esacta y neta; si no, a ver quién somos; a ver qué eres tú,
desgraciado, si no eres español”. Esos eran antaño, cuando la creacIón
del Estado Moderno (España de los Reyes Católicos, uno de sus primeros
ejemplares) los trucos del Estado para sujetar al pueblo, siempre
maldefinido, siempre indómito, a su dominio y a su idea. Trucos ideales,
pero no menos por ello poderosos sobre la realidad: con ellos el Estado
fundió de hecho en unidad muchos pueblos y ciudades, reduciéndolos a
capitales y provincias, superando patrias chicas y campanarios; logró
un trazado de fronteras que se mantuvo fijo en el mapa de muchas
generaciones de escolares; inflamó los pechos en ideales de Imperio y
arrasó media América (pueblos nómadas o imperios de viejo estilo, daba
igual) para que el Globo fuese España; trocó millones de juventud
insegura en tercios y legiones, que no hubiera un puñado de tierra sin
una tumba española". Eso era España antaño. Ahora, hace ya mucho, el
Estado ha cambiado de trucos de dominio (ha de cambiar para mantenerse),
y ahora es el Desarrollo y la Competición por el Futuro; y así España
ha dejado de ser España para ser un caso de 'País Desarrollado': “tu
calle ya no es tu calle", como la copla canta, "que es una calle
cualquiera, camino de cualquier parte". Queda el Nombre Propio, vacío
(porque los N.P. ¿no eran para designar algo único y distinto?; y hace
unos 30 años, el Ministerio de Turismo sacó el estribillo de "España es
diferente" en el momento justo en que empezaba definitivamente a dejar
de serlo), pero no por vacío menos potente para el engaño y el dominio:
basta con oir a uno que esclama "Hemos metido gol" (o "Hemos logrado la
fusion fría", da lo mismo), donde el "hemos", como no pueden los
jugadores (porque no están en puesto de Primera Persona) ni el que lo
dice (porque él no está jugando), tendrán que ser los españoles, ¡qué se
le va a hacer! El Nombre vacío sigue costituyendo la Realidad. Bueno,
está también la lengua, cuya unidad, como el Estado, de Roma para acá,
sabe (y lo saben, con su afán lingüístico unificatorio, los idealistas,
creadores de nuevas Españitas), es la única garantía firme de su
entidad. Pero eso aquí tampoco sirve: porque entones tendrían que ser
España todos los que hablan español oficial contemporáneo por el mundo;
lo cual, por otro lado, no conviene. Así que en este reino del puro
nombre estamos. A los hombres del ’98 todavía , dicen, les dolía España.
A nosotros… sí, ¡qué coños!, equivoca al pueblo sin nombre (que nunca
muere, que nunca ideal ninguno reduce a Masa de Personas), lo engaña en
su guerra contra la forma actual y verdadera del dominio, ésta de la
Demotectiocracia y el Desarrollo. Asi que mejor que se sepa que no hay
España, que no nos distraigan los fantasmas: porque hay un Imperio,
presente y aplastante, contra el que han de luchar los pueblos de
cualquier lengua; que al fin, todas son la misma.
¿Agustín García Calvo?
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