martes, 17 de diciembre de 2013

INSONDABLE







Una y otra vez me dejo ahondar y escuchar cualquier canción que me sugiere la atención, parece un necesitar conocerla, aburrirme en cada pequeño gesto como si fuese necesario pararme en cada intento de parada que nunca sucede del todo; encada llamada de atención que me habla y me lleva por otros derroteros fuera de aquí. Que me enseña un agujerito por donde escapar, ya sea en la más cautiva bestia que se retuerce, ya sea en la más cándida de las excursiones. Me invade el misterio que hay bajo sus fondos, hasta en el último silencio que me dice adiós, para volverla de nuevo a escuchar, como si su reiteración no me asegurase del todo el adentrarme en ella, el conocerla. Además ¿y cómo voy yo a conocerla si al escucharla resulta qué yo no soy yo? Que he perdido el volante de aquello que traía entre manos, decidida si acaso a entenderla, pero se me escabulle por todas las rendijas como agua que precipitada escapa de mí, o como profunda y grande mar insondable. Es ese estar fuera de los números, acaso, esa astucia de una buena canción que por medio y a través de este arte aprendido consigue elevarme a lo divino y hacerme perder este ser tan profano, vano y lleno de miedos. Así pasa ésta melodía, del sueño del mar a lo inabarcable. Mira ¿ves como mueve en su huida las dornas varadas y se va?


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