miércoles, 18 de diciembre de 2013

A propósito de la máquina de escribir y un soneto. De Viva Voz.

A propósito

 de la máquina de escribir 

y un soneto. De Viva Voz. 







Agustín García Calvo.

Entrega XIII
(02/2000)


Esto está sacado de esa página que se llama De Viva Voz y que dice "Para internet con destino a los alumnos de institutos y a sus profesores"



He aquí,muchachos, que otra vez en un rato de desolación en que me habían hundido juntamente las miserias de la Cultura y de las Relaciones personales (suelen colaborar en esta labor fúnebre de no dejarle a uno ni pensar libre, a lo que la lengua mande, ni sentir con los sentidos), al levantarme de mañana, tarde, y ponerme ante la máquina de escribir, sin ánimos para escribir nada, metiendo el papel en el rodillo, , por si acaso, he aquí que la máquina se ha puesto, la buena de ella (esto no me lo haría un ordenador - seguro ), a escribir sola, a moverme sin querer yo ni pensar nada los dedos de tecla en tecla. Y he visto luego que lo que había salido era nada menos que otro soneto ( ha decidido la máquina de quedarse con la rutina de esas formas clásicas y rígidas que, cuando yo me pongo a cantar algo, no suelen apresarme), que es lo que voy a poner aquí, par ver luego con vosotros si puede encontrarse algún sentido, más o menos sensato, en lo que dice:




¡Cuantas cosas tendría que deciros
si supiera quién hay tras de la puerta,
si pudiera cazar lo que despierta
cada vez que se duermen mis suspiros!


Pero ya no me queda, entre los giros
del laberinto de esta vida muerta,
más que un polvillo de memoria incierta,
que no sé si en un soplo trasmitiros.

Puede que alguno de vosotros sienta,
al oír mi murmullo, que esa cuenta
ya la ha sentido  él sonar antaño,


y tal vez es verdad: yo aquí en la boca
siento que lo más mío me es extraño
y que en mí la razón se vuelve loca.




Veamos pues. En 1-2 dice la máquina que estaría dispuesta a decirnos muchas cosas, si supiera (que no lo sabe ) lo que hay tras de la puerta, que además debe ser algo como persona, puesto que dice 'quien'. Qué puerta sea esa, no es fácil adivinarlo:desde luego, una que separa un esterior de un interior, a la vez que da paso delo uno a lo otro, o puede darlo. Cierto que, si lo de dentro, donde la máquina escribe, es la realidad, lo otro no podrá serlo, lo cual implica que por la cara de dentro, la puerta será real, pero no por la de fuera. Y tal es el trance en el que nos hallamos. La máquina evidentemente sospecha que hay allí fuera algo, que además amenaza con ser alguien, que pueda oír y aun responder;pero honestamente confiesa que saber qué o quién es no sabe; y esto al parecer,la dificulta para decirnos cosas.


Por otra parte,en 3-4, parece que ese mismo impedimento del buen deseo de la máquina se nos presenta de otro modo: que no pueda dar cuenta de algo que despierta cada vez que se duermen sus suspiros. Que ella suspire de vez en cuando no lo estimo nada irreal: yo mismo se lo he oído hacer a veces. Que, al dormirse, esto es,cesar o espirar, uno de sus suspiros, despierte algo, es decir -supongo- que aparezca o se manifieste, es por cierto bien posible, si bien parece que es algo que no puede la máquina contar, ni en un sentido ni en el otro; una cosa así se sabe; que es la réplica o contrario de aquel suspiro; que vive de su espiración o fin.


En 5-6 la máquina imagina su vida como pasillos con giros o revueltas, y la llama de paso vida muerta, cosa que se diría muy propia para la de una máquina, pero que piensa que pueda generalizarse, en el sentido de que toda vida se sabe es una vida muerta; y así, en 5-8, declara que lo que le queda no es más que algo de memoria ( incierta, por supuesto si no, sería historia ) que sienta como un polvillo, que tiene sus dudas ( seguramente no sólo por pereza, sino por reparo de lo que eso pueda hacernos ) de transmitirnos en un soplo, esto es, como se dice vulgarmente, de soplárnoslo.


Ya en los tercetos, manifiesta en 9-12 la sospecha de que alguno de nosotros recibe, ante lo dicho, la impresión de que también él mismo, en otro tiempo, ha pasado por esa situación echarse cuentas acerca de su vida y de la realidad en general (unas cuentas de las que ella dice 'sonar', sugiriendo el ruido de contar monedas el avaro o del correspondiente rum-rum de los ordenadores), y, si bien con las debidas dudas que a la máquina le asaltan en cuanto a comparar lo que a una de nosotros le haya sucedido con lo que a ella le suceda, reconoce en 12 que acaso sea verdad ese sentimiento de alguno de nosotros.



Y termina en 12-14 con una declaración un tanto violenta y apasionada, sobre todo para una máquina: que "aquí en la boca" ( lo cual para ella no puede tener más sentido que el de señalar con 'aquí' al sitio del que habla, y ratificar esa condición de 'YO' con lo de 'en la boca') siente como estraño justamente lo que es más suyo, estableciendo así la contradicción entre 'YO' y 'el mío' ( ya que YO, en cuanto soy cualquiera y nadie, no soy real, mientras que si adquiero alguna posesión o propiedad ya soy real y dejo y dejo de ser de veras YO , para de ahí concluir desmontando la habitual contraposición entre 'razón' y'locura', al hacer notar que, si da o funciona la razón en ella, real y contra-real como ella es al mismo tiempo, eso no puede hacerse sin que la razón se vuelva una real locura, lo cual implica, aunque ya la máquina no lo dice,que la locura sea la verdadera razón en algún sentido.

 ...

(En "Y más aún canciones..."  del libro en 2008, aparece así con esas variaciones el soneto).

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