miércoles, 18 de diciembre de 2013

COMO SI NADARA.




COMO SI NADARA.


’Cuando la gente encantadora se pone a hablar de fútbol, dan ganas de cambiar de universo’. Eso les pasa a algunos. A otros pocos otros, les viene el recuerdo y la pregunta de la pregunta -acaso preguntándole al pasado- de qué era eso de hablar de fútbol. Quisiera con ello a pesar de lo duro del intento, sacar a través de una pelota al revés de lo mandado algo de lo desconocido si acaso del juego, así como si nada, en medio los banderazos ondulantes del símbolo, por excelencia, de la patria, que es el fútbol, y de misma lógica que deja frío el corazón “lo que es, es lo que es”.Quiera Dios ayudarme a desvestírsenos con palabras algo de su poder, pero creo que ni si quiera Él con toda su Omnipotencia sabe lo que puede y en consecuencia, tampoco lo que no puede; y entre medias, de esas posibilidades de vida administradas desde arriba y vendidas a la muerte, a la idea, de piernas corriendo al fin, vendidas al trabajo (juego hecho trabajo) para nada, se cuela por entre las piernas mi insolente pelota, como si nada, ella, que escapaíta(porque no es del todo la que quieren que sea y a pesar de todo, ella siente por la herida, la herida de haberla hecho Dios idea) se enguachina por los charcos, enamorando a los niños, que pasmaos la miran de mientras os ando contando esto, y que al paso de decirlo, ya son los niños y ella algo fuera del tiempo... Y es que la pelota nos habla, y habla al niño que se deja escucharla,que escucha su contradicción, tufillo que se cuela por entre la arena, que con magia de la que no existe pero la hay, regresa en cada recuerdo vivo, y nos trae alas bocas el regalo de ese entendimiento de lo que de veras era juego por el juego, y con ello hace el milagro de borrar la Historia, en cada regreso de recuerdo vivo, que nos llega de aquél hermoso hermano, de lo que era algo parecido al paraíso, a algo que por no tener cogido entre las manos lo puede una sentir, como si se perdieran ya las manos, las piernas y los balones! ¿no?(bendita canción perdida por entre las hierbas, ganada en cada pérdida). Ya ven ustedes: mi pelota no era la que era, ni tampoco lo es aquel niño que embriagado de magia con ella conseguía que a pesar de no haber sentido yo tan buen deshacer del hecho sienta aquello como parte mía y común; no es la que es siempre, y siendo la que es -“el fútbol es el fútbol”- queda prostituida al amo, llenando de vacío las vidas de los felices que andan por los bares de Dios muy entretenidos con sus televisores, y su repartición por ellos de su Gloria.Mi pelotita insolente y su niño viven: ella junto con los demás que apasionados de veras por ella se han dejado escuchar sus palabras y su agónica contradicción, y es que ella por lo bajo, llenita de barro se dejaba jugar con él, sin más aspiración que el juego por el juego, sin meta, sin redenciones de futuros, sin Administración de Muerte, y hasta se emociona y guarda la flor de aquella primera niñez y consuela a los caídos sin tanta gilipollez mediática, sin tanto bombo, así como si nada, como si nadara.







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